¿ENFOCARSE EN PROBLEMAS O SOLUCIONES?
Querido lector,
Pero ¿qué nos ocurre cuando se presenta un problema? Generalmente, tiene un lugar un proceso en nuestro cerebro de interpretación de la situación en base a experiencias anteriores, creencias, auto-concepto, contexto personal, etc… Esta interpretación da paso a una emoción en función de la valoración de nuestra capacidad para resolver la situación y en función de esa interpretación y emoción, entonces actuamos.
Si interpretamos los problemas como algo amenazante, difícil o imposible de resolver, probablemente acabemos viendo el problema muy grande y a nosotros mismos muy pequeños. Desde esa posición, mirándolo desde abajo, lo ves más grande de lo que es, no te parece?
¿Qué puedes hacer entonces? Aquí van unos trucos:
- Cambia tu actitud. Un problema puede ser una oportunidad para aprender y desarrollar tus recursos. Un matemático diría: Dame un problema!! Analiza cómo te sientes cuando aparecen nuevos retos, recuerda que la forma de afrontarlos dependen mucho de tu interpretación de los mismos y eso sí depende de ti.
- No vayas demasiado rápido a la solución. Cuidado!! En nuestro afán por evitar los problemas, muchas veces pasamos a la fase de soluciones excesivamente rápido. Esto no siempre es una buena idea. Hay que enfocarse en el problema para poder analizar y definir con precisión el objetivo. Utilizo la palabra objetivo, no problema… Por ejemplo: los problemas, generalmente, vienen enunciados de forma negativa. P.e. “No me da tiempo a hacer la presentación de mañana”, en lugar de “necesito tiempo para preparar la presentación de mañana”. Como ves hay una pequeña diferencia. A través de nuestro lenguaje podemos cambiar la forma en que nos enfrentamos a nuestra realidad. Es importante enunciarlos en positivo, es decir, qué es lo que sí necesitas conseguir.
- Utiliza tu pensamiento creativo para generar opciones y anótalas por escrito. Enfócate en las posibilidades, no en la probabilidad; genera ideas, no las analices aún; desafía los principios establecidos, no te quedes en el “es que siempre lo he hecho así”.
- Una vez hayas anotado todas las posibles opciones, entonces es momento de analizarlas y elegir aquellas que te permitan conseguir el objetivo fijado al principio. Recuerda que siempre hay más de una solución a un problema. Si te bloqueas, pide ayuda. Otro pueden “ver” el problema de otra manera y ayudarte a encontrar soluciones que no habías tenido en cuenta.
- Controla tus “es que” y sustitúyelos por “podría”. Te enfocarás en encontrar soluciones que dependen de ti.
- Analiza tus recursos. ¿Qué necesitas para resolverlo? ¿Con qué recursos cuentas tú?
Y a ti, ¿qué dificultades se te presentan a la hora de resolver problemas?
El coaching es una herramienta muy eficaz para ayudarte a cambiar la forma
en que interpretas los problemas y desarrollar tu pensamiento creativo.
¿Hablamos?
Psicóloga y Experta en Coaching Profesional
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